La infiltración de ácido hialurónico es el sistema más utilizado a la hora de aplicar este elemento en el cuerpo humano, ya sea a la hora de acelerar el proceso de recuperación de ciertas lesiones como las de hombro, rodilla y cadera o bien como tratamiento de belleza en labios, ojos y boca.
Mucha gente, sin embargo, cuenta con ciertos reparos a la hora de adentrarse en el mundo de la infiltración. Para empezar, esta es una palabra algo desprestigiada ya que se asocia al mundo del dopaje o a una situación en la que los futbolistas se inyectan determinados fármacos para forzar su físico y ahogar el dolor cuando sufren molestias. El uso mediático de este término, no obstante, poco o nada tiene que ver con su extrapolación a la medicina general, y mucho menos a la belleza.
Sí, es cierto que se utilizan inyecciones, pero estas suelen contener ácido hialurónico mezclado con vitamina C u otras sustancia que no resultan dañinas para nuestro organismo, mientras que los deportistas de élite utilizan elementos químicos mucho más agresivos para mejorar su rendimiento de forma inmediata.
Así pues, lo único que tendremos que ‘padecer’ será un leve pinchazo, que dependiendo de la zona será mayor o menor.
Con la infiltración, en cualquier caso, lograremos nuestro objetivo de forma mucho más rápida y eficiente que mediante cremas o masajes ya que la aguja alcanza directamente la zona dañada.